El Uso de Pantallas en Bebés

¿Cómo Afecta su Desarrollo y Qué Dicen los Expertos?

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En la era digital, es común ver a bebés y niños pequeños frente a pantallas, ya sea viendo videos en tabletas o entretenidos con aplicaciones coloridas en teléfonos. Muchas madres se preguntan si esto es perjudicial para el desarrollo de sus hijos y cuál es el impacto real del tiempo frente a las pantallas en los primeros años de vida. La cuestión es especialmente relevante porque, aunque la tecnología puede ser una herramienta valiosa para aprender y entretener, el uso temprano e inadecuado puede tener efectos negativos en el desarrollo físico, cognitivo y emocional de los bebés.

Los primeros años de vida son cruciales para el desarrollo del cerebro, y las interacciones que tienen los bebés con su entorno juegan un papel esencial en este proceso. Según la Academia Americana de Pediatría (AAP), los bebés menores de 18 meses no deberían estar expuestos a pantallas, excepto para video llamadas, debido a que su cerebro necesita aprender a través de la exploración física del entorno, la interacción con sus cuidadores y el juego no estructurado. La exposición prolongada a pantallas puede limitar estas experiencias críticas para el desarrollo.

Impacto en el desarrollo cerebral

Durante los primeros años de vida, el cerebro de un bebé está en pleno desarrollo, formando nuevas conexiones neuronales a medida que responde a estímulos sensoriales y experiencias del entorno. Los estudios han demostrado que las interacciones cara a cara con los padres, el juego físico y la exploración del entorno ayudan a fortalecer estas conexiones, mientras que el tiempo frente a una pantalla limita estas interacciones esenciales.

El doctor Dimitri Christakis, pediatra y experto en desarrollo infantil, señala que el uso excesivo de pantallas en los primeros años de vida está vinculado a problemas de atención más adelante, debido a que el cerebro en desarrollo se adapta a la estimulación rápida e instantánea que ofrecen las pantallas, lo que puede llevar a una menor capacidad para concentrarse en actividades que requieren mayor esfuerzo cognitivo, como la lectura o los juegos creativos sin tecnología.

Desarrollo del lenguaje y las habilidades sociales

Otro aspecto preocupante es cómo el uso excesivo de pantallas afecta el desarrollo del lenguaje y las habilidades sociales de los bebés. Según estudios, los bebés aprenden el lenguaje a través de la interacción directa con sus padres y cuidadores, quienes les hablan, les leen y responden a sus balbuceos y gestos. Las pantallas no pueden replicar esta interacción recíproca. De hecho, un estudio realizado por The Journal of Pediatrics reveló que cada hora de exposición a pantallas entre los 8 y 16 meses de edad se asocia con una reducción en la capacidad de los bebés para adquirir nuevas palabras.

El uso excesivo de pantallas también puede interferir con las oportunidades de los bebés para desarrollar habilidades sociales. El aprendizaje social ocurre cuando los bebés observan e interactúan con las personas a su alrededor, aprenden sobre las emociones, gestos y respuestas sociales. En cambio, las pantallas, incluso aquellas diseñadas para ser "educativas", son un medio pasivo que no fomenta este tipo de aprendizaje.

Problemas en el sueño

El sueño es otra área que se ve afectada por el uso temprano de pantallas. La luz azul emitida por los dispositivos electrónicos puede interferir con la producción de melatonina, una hormona que regula el ciclo del sueño. Los pediatras recomiendan evitar la exposición a pantallas al menos una hora antes de dormir, especialmente en bebés y niños pequeños, para evitar problemas de conciliación del sueño o patrones de sueño interrumpidos.

Un estudio publicado en la revista Sleep Medicine encontró que los bebés y niños pequeños que usan pantallas antes de acostarse tienen más probabilidades de sufrir trastornos del sueño, como dificultades para conciliar el sueño y despertares frecuentes durante la noche. La falta de un buen descanso no solo afecta el estado de ánimo de los bebés, sino que también influye en su capacidad para aprender y desarrollarse adecuadamente.

La importancia del juego no estructurado

El juego no estructurado, es decir, el juego libre sin reglas fijas o guías, es fundamental para el desarrollo de los bebés. A través del juego, los bebés aprenden a experimentar, resolver problemas y explorar el mundo que les rodea. En lugar de depender de una pantalla, los pediatras recomiendan fomentar este tipo de actividad que permite a los bebés usar su creatividad y desarrollar habilidades motoras y cognitivas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) respalda esta recomendación y sugiere que los niños menores de 2 años no deben tener tiempo frente a la pantalla, ya que el juego activo y el tiempo de calidad con los cuidadores son más beneficiosos para su desarrollo. Incluso para niños mayores, el tiempo frente a la pantalla debe limitarse a menos de una hora al día.

¿Qué pueden hacer los padres?

Si bien puede ser tentador usar la tecnología para entretener o calmar a los bebés, es importante recordar que las pantallas no pueden reemplazar las interacciones cara a cara ni el juego físico. Los expertos en pediatría sugieren que, en lugar de recurrir a pantallas, los padres ofrezcan actividades que promuevan el desarrollo integral de sus hijos. Juguetes que fomenten el juego activo, libros y tiempo de calidad en familia son excelentes alternativas.

Para aquellos padres que desean introducir contenido digital, la AAP recomienda hacerlo a partir de los 18 meses y con programas de alta calidad, asegurándose de que los padres participen y expliquen lo que está ocurriendo en la pantalla. De esta manera, el bebé puede beneficiarse del contenido sin perder el aspecto crucial de la interacción humana.

Conclusión

El uso de pantallas en bebés es un tema que preocupa a muchos padres, y con razón. Los estudios y expertos en pediatría coinciden en que el tiempo frente a la pantalla debe ser limitado, especialmente en los primeros años de vida, para garantizar un desarrollo cerebral, emocional y social saludable. En lugar de depender de la tecnología, los padres deben centrarse en actividades que promuevan la interacción, el juego libre y el aprendizaje activo. Crear un entorno rico en estímulos positivos y con tiempo de calidad entre padres e hijos será mucho más beneficioso para el desarrollo de los bebés que el tiempo frente a una pantalla.

Bibliografía:

- Academia Americana de Pediatría. (2016). Recomendaciones sobre el uso de medios digitales en niños pequeños. Pediatrics, 138(5), e20162593.

- Christakis, D. A. (2014). Interactive media use at younger than the age of 2 years: Time to rethink the American Academy of Pediatrics guideline?. JAMA Pediatrics, 168(5), 399-400.

- The Journal of Pediatrics. (2017). Early childhood media exposure and association with later attention problems. J Pediatr, 180:214-218.

- Organización Mundial de la Salud. (2019). Directrices sobre actividad física, comportamiento sedentario y sueño para niños menores de 5 años.